Para comprender mejor el pronombre personal de tercera persona "le" en un complemento indirecto, cámbialo a "a él le" ¿pero quién es «él»? Evidentemente, «él» es «uno» (en el sentido de «alguien»), pero está descolocado en la frase, y solo lo descubres si sigues leyendo. Si no se especifica «a uno» antes de «le», lo que esperas encontrar es "me", porque el orador está hablando de sus propios pensamientos:
(yo) Nunca he pensado en la edad como en una gotera en el techo, que (a mí) me indica la cantidad de vida que (a mí) me va quedando.
Si cambias el «a mí» implícito, por «a uno», debe ir explícito la primera vez para que se entienda el cambio de sujeto, pero ya se puede omitir la segunda vez:
(yo) Nunca he pensado en la edad como en una gotera en el techo, que a uno le indica la cantidad de vida que (a uno) le va quedando.
Por último, para hacerlo más complicado, también se podría decir de esta forma, para hacer el pensamiento más impersonal:
(yo) Nunca he pensado en la edad como en una gotera en el techo, que (a tí) te indica la cantidad de vida que (a tí) te va quedando.
En este caso «te» solo puede referirse «a tí», así que no crea confusión omitirlo siempre, aunque en este contexto, en realidad se refiere «a cualquiera» o «a todos», y el pronombre personal adecuado sería «nos».
Por tanto, yo diría más bien algo como:
Nunca he pensado que la edad sea como una gotera en el techo, que nos indica la cantidad de vida que nos queda.