El desarrollo lingüístico de los niños es algo fascinante. Muchas veces no te das cuenta de lo difícil que puede llegar a ser comprender algunos conceptos del idioma por lo profundamente interiorizados que los tenemos... hasta que te toca explicárselos a un niño.
La primera fue con nuestro hijo mayor cuando empezó a construir frases simples. Le dio por confundir los pronombres "yo" y "tú", porque cuando yo decía "yo" me señalaba a mí, y cuando decía "tú" le señalaba a él, y él se pensó que yo me llamaba "yo" y él se llamaba "tú", y por tanto a mí me decía "yo" y a sí mismo se decía "tú". Un caos.
Ahora con tres años, y tras algunos quebraderos de cabeza, me he dado cuenta de que confunde los significados de los verbos "buscar" y "encontrar". He llegado a tener algunas peloteras con él dado que cuando le pedía que buscara algo él se frustraba y me decía que "es que yo no lo busco". Yo pensaba que se estaba rebelando y que no quería buscarlo, cuando lo que me quería decir era que no lograba encontrarlo. He intentado explicárselo por gestos, y jugando con él a esconder y buscar cosas, insistiendo en usar el verbo "buscar" mientras lo busca, y usando "encontrar" cuando efectivamente lo encuentra.
Sé que antes o después su cerebro aprenderá la diferencia. En todo caso, me gustaría preguntaros: ¿tan aproximados son los significados de los verbos "buscar" y "encontrar" como para que un niño los confunda? ¿Cómo se le podría explicar a un niño de tres años la diferencia entre ambos, para que aprenda el significado correcto de ambos? Incluso para los adultos los significados se pueden solapar: a fin de cuentas, cuando decimos "tengo que buscarlo" y "tengo que encontrarlo", en realidad con las dos frases estamos queriendo decir lo mismo, las diferencias entre ambas pueden ser más sutiles de lo que parece.