Lo que pasó con so fue, posiblemente (no puedo corroborarlo), que conforme se fue corrompiendo la palabra se fue vaciando de su significado original para significar otra cosa diferente.
Se nota, eso sí, que su origen es el que es dado que so se puede reemplazar por señor y la frase mantiene su sentido, aunque el insulto posterior pierde fuerza (como es el caso de so mequetrefe y señor mequetrefe), y en algunos casos incluso pasa de ser un insulto a ser un apelativo neutro (como es el caso de so payaso y señor payaso).
Buscando en el CORDE apariciones de seor, la primera etapa de la conversión, encuentro una mayoría de casos en los que se usa como una simple corrupción de señor (seor leyente, seor hidalgo, seor Antoñico, seor alguacil, seor doctor, etc.), y muy pocos casos en los que se use ante un insulto (seor mequetrefe [c1637]).
De la segunda etapa de la conversión encuentro menos casos, pero parece que ya hay menos desigualdad entre el número de casos positivos (seó licenciado, seó sacristán) y negativos (seó trasto [1828-1870]).
Tal vez una prueba de este proceso de pérdida del significado original se encuentra en que la palabra seor todavía tenía su versión femenina en seora, mientra que seó ya no tiene versión femenina y se usa exclusivamente en masculino. Esto debió ayudar definitivamente al vaciado del significado previo. Podemos comprobar esto en las ediciones históricas del diccionario:
- La palabra seor aparece ya en el diccionario de autoridades (tomo S-Z, 1739). Equivale completamente a señor y es de uso familiar. Su versión femenina, seora, aparece (curiosamente) por primera vez en el DLE en 1884.
- La palabra seó con el significado de seor aparece en el DLE por primera vez en 1852. No se le conoce ninguna contrapartida femenina.
- La palabra so obviamente aparece desde muy antiguo con su significado como preposición (equivalente a bajo), e incluso como interjección para hacer detener a los caballos ya desde el de Autoridades. Sin embargo, su significado como contracción de seó aparece en el DLE en 1899, especificando que "se usa solamente seguido de adjetivos despectivos con los cuales se increpa a alguna persona".
Así, la línea temporal según el DLE sería seor (1739) → seó (1852) → so (1899). Se ve que ya a finales del siglo XIX se usaba so con el mismo fin que hoy día.
Hubo ademanes violentos, y un cuerpo cayó... Llegaba en esto corriendo otra figura humana, que venía también del hotel por la escalera, e interponiéndose, se inclinó para recoger a Lucía. Miranda accionaba, y con voz ronca, estrangulada y tartajosa de rabia, decía, dando al diablo todo su porte cortesano:
—Fuera de ahí, so tío... so entrometido... ¿usted que... qué tiene que ver?... Yo la abo... la abofeteo, porque pu... pu... puedo y me da la gana... Soy su marido. Si no se va usted, le parto por la mitad... le abro en canal...
Emilia Pardo Bazán, Un viaje de novios, 1881 (España).
Otros ejemplos encontrados en textos del siglo XIX: so indecentes, so tunante, so pillo, so tía (según el DLE, usada en femenino tía puede significar "prostituta"), so alcornoque, so bandido, so calzonudos, so animal, so pringoso, so maula, so espantajo, so mamarracho, so peal...